La Dra. Jane Goodall, una de las voces más influyentes del planeta en materia de conservación, ética ambiental y defensa de la biodiversidad, dejó un legado inmenso a la humanidad a través de su trabajo con los chimpancés, la protección de los ecosistemas y la sensibilización global sobre nuestro vínculo con la naturaleza.
Pocos días antes de su triste fallecimiento, Jane Goodall grabó este mensaje excepcional sobre la importancia de las abejas, la apicultura responsable y, de manera muy especial, sobre la necesidad urgente de proteger la Abeja Negra Canaria, una de las joyas genéticas del archipiélago.
Este vídeo, realizado a petición de ADACIS —entidad que participó en la organización de las I Jornadas de Mujeres Apicultoras de Canarias y Sostenibilidad—, fue posible gracias a la colaboración del Instituto Jane Goodall España.
Su contenido tiene hoy un valor profundamente simbólico: además de ser uno de los últimos mensajes públicos de Jane Goodall, es también una llamada directa a las instituciones, al sector apícola y a la ciudadanía para defender a los polinizadores y preservar las razas autóctonas frente a los desafíos actuales: el cambio climático, las especies invasoras, la pérdida de hábitats y el uso indiscriminado de pesticidas.
Su voz —serena, lúcida y profundamente humana— nos recuerda que sin abejas no hay biodiversidad, ni agricultura, ni futuro.
Publicamos aquí su mensaje íntegro, en español e inglés, como homenaje a su legado y como guía para un futuro donde humanos y naturaleza puedan convivir en equilibrio.
Gracias, Jane. Tu luz sigue viva en cada acción que protege la vida de este planeta.
Mensaje de Jane Goodall sobre las abejas y la apicultura responsable (2025)
Hola, soy Jane Goodall.
Estoy absolutamente encantada de enviar este breve mensaje sobre la importancia de las abejas y de la apicultura responsable.
Sin las abejas estaríamos en serios problemas, porque son ellas quienes polinizan gran parte de nuestros cultivos alimentarios, y el néctar que recolectan —que transformamos en miel— es una fuente fundamental de alimento para millones de personas en todo el mundo.
Los seres humanos han trabajado con las abejas durante cientos de años, y en muchos países fueron incluso veneradas.
En Tanzania, donde en 1960 inicié el estudio a largo plazo sobre los chimpancés en el Parque Nacional Gombe, existen apicultores tradicionales en las comunidades que rodean el parque.
La apicultura no solo es para ellos una fuente importante de ingresos, sino que ayuda a conservar el bosque, ya que es allí donde mantienen sus colmenas.
Mientras viajo por el mundo me encuentro a menudo con apicultores, y en algunos lugares las abejas siguen siendo reverenciadas y tratadas con respeto.
Sin embargo, con frecuencia se las considera simplemente una fuente de dinero, y muchos apicultores no son conscientes de lo increíblemente inteligentes que son, de cuánto trabajan las obreras para recolectar néctar y cuidar a las crías, ni de la asombrosa complejidad de su comunidad.
Lo preocupante es que hoy las abejas se enfrentan a numerosas amenazas: el cambio climático, la pérdida de hábitats, las enfermedades y, peor aún, el uso masivo de pesticidas y herbicidas en la agricultura industrial —y, en realidad, en casi toda la agricultura—.
Esto no solo está matando a las abejas, sino también a otros polinizadores esenciales, además de a muchos insectos y aves.
Por todo ello, es fundamental apoyar los esfuerzos para conservar la abeja negra canaria, que también se ve amenazada por la introducción de especies invasoras de abejas.
La abeja negra canaria no es en absoluto agresiva, lo que facilita enormemente el trabajo de los apicultores, y además es muy adaptable, capaz de sobrevivir y prosperar en los variados entornos y climas de las diferentes islas del archipiélago.
Aplaudo los esfuerzos del Gobierno por proteger a la abeja negra canaria, y sé que en las Islas Canarias hay muchas mujeres apicultoras; las animo a continuar con esta labor tan importante.
Mostremos siempre respeto hacia las abejas y preocupación por su bienestar.
Nunca robemos más néctar del que necesitan para criar a la siguiente generación.
Aprendamos a vivir en armonía con las abejas y seamos agradecidos con ellas.
Gracias.
— Jane Goodall (2025)

Jane Goodall – Message on Bees and Responsible Beekeeping (2025)
Hello, this is Jane Goodall. I’m absolutely delighted to send this short message about the importance of bees and responsible beekeeping.
Without bees we should be in trouble because they fertilise so many of our food crops, and their nectar — which we transform into honey — is a major source of nourishment for so many people around the world.
Human beings have been working with bees for hundreds of years, and in many countries bees were actually worshipped.
In Tanzania, where I began the long-term chimpanzee study in Gombe National Park in 1960, there are traditional beekeepers in the communities around the park, and not only is this a good source of income for them, but they’re helping us conserve the forest, because this is where they keep their hives.
As I travel around the world, I often meet beekeepers and sometimes the bees are still revered and treated with respect, but unfortunately they are so often simply regarded as a way of making money, and their keepers are not aware of how amazingly intelligent they are,
how hard the workers have to work to collect nectar and look after the young, and the amazing complexity of their community.
And what’s worrying is that bees face so many threats today: climate change, loss of habitat, disease, and worst of all the massive use of pesticides and herbicides by industrial agriculture — well, all agriculture actually.
This is not only killing bees, but other essential pollinators, as well as many other insects and birds too.
Because of all this, it’s really important to support efforts to conserve the endemic Canarian black bee, which is also endangered by the arrival of invasive species of bee.
The Canarian black bee is not at all aggressive, which makes a beekeeper’s job much easier, and most importantly, these bees are very adaptable, and they’re able to survive and work in the varied environments and climates of many of the different islands of the archipelago.
So I applaud the efforts of the government to protect the Canarian black bee.
I understand there are many women beekeepers in the Canary Islands, and I urge all of you to continue with this important work.
Always show respect for the bees and concern for their welfare.
Never steal too much of the nectar for which they have worked so hard and which is needed to raise the next generation.
Learn to live in harmony with the bees and be grateful to them.
Thank you.
— Jane Goodall (2025)

