La Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) prestó apoyo a la investigación y realizó controles sobre el terreno en una acción de la UE contra la adulteración de la miel dirigida por la Comisión Europea.
«From the hives» (Desde las colmenas), como se denominó, fue una acción coordinada de la UE dirigida por la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria (DG SANTE) de la Comisión Europea, con las autoridades nacionales de 18 países que forman parte de la Red Europea de Lucha contra el Fraude Alimentario, la OLAF y el Centro Común de Investigación (CCI) de la Comisión Europea.
La miel contiene azúcares de forma natural y, según la legislación de la UE, debe ser pura, es decir, no se le pueden añadir ingredientes. La adulteración se produce cuando se añaden artificialmente ingredientes como agua o jarabes de azúcar baratos para aumentar el volumen de la miel.
Aunque el riesgo para la salud humana se considera bajo, estas prácticas defraudan a los consumidores y ponen en peligro a los productores honrados, que se enfrentan a la competencia desleal de operadores que pueden rebajar los precios gracias a ingredientes ilícitos y baratos. Por ejemplo: el valor unitario medio en la UE de la miel importada era de 2,32 euros/kg en 2021, mientras que los jarabes de azúcar elaborados a partir de arroz rondaban los 0,40 – 0,60 euros/kg.
«From the hives» se centró en las importaciones de miel en la UE. Se identificaron operadores sospechosos de importación o exportación gracias a una fase inicial de recogida de muestras de miel en los puntos fronterizos de entrada de los países participantes, y gracias a una segunda fase de recopilación de información con el apoyo de la OLAF. Como tercera fase, las autoridades nacionales y la OLAF llevaron a cabo investigaciones en los lugares de importación, transformación, mezcla y envasado de los envíos sospechosos.
Ville Itälä, Director General de la OLAF, declaró: «La palabra clave fue trabajo en equipo. La Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea inició y coordinó toda la acción. La OLAF investigó para ayudar a identificar a los operadores sospechosos, realizó controles sobre el terreno con las autoridades nacionales, adquirió y analizó registros informáticos y telefónicos. Colegas del CCI analizaron en sus laboratorios las muestras recogidas en las fronteras para detectar adulteraciones. Las autoridades nacionales estuvieron, como siempre, en primera línea de los controles e investigaciones sobre el terreno.
La OLAF ya ha investigado antes el fraude alimentario internacional y me alegro mucho de que hayamos podido aportar nuestra experiencia. La UE es importadora de miel, ya que la demanda interna es superior a nuestra producción nacional. Es importante que permanezcamos vigilantes contra cualquier abuso. El fraude más frecuente con la miel es la adulteración, es decir, la adición de ingredientes baratos en lugar de mantener la pureza de la miel. Pero también encontramos casos de fraude de origen, con etiquetas que declaran falsos orígenes del producto. Esta acción sirvió para llamar la atención, poner orden y disuadir de cualquier práctica fraudulenta«.
Durante la acción coordinada de la UE, se descubrió que 133 empresas (70 importadores y 63 exportadores) estaban implicadas en envíos de miel sospechosa de estar adulterada. Otros 44 operadores han sido investigados hasta la fecha, muchos de ellos gracias a la OLAF. La investigación de la OLAF detectó varios tipos de fraude, incluida la adulteración.
La Comisión Europea ha publicado hoy los resultados de «De las colmenas». Para más detalles, véase la información publicada por la DG SANTE y por el CCI.
Los países participantes fueron: Alemania, Bélgica, Bulgaria, Chequia, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Polonia, Rumanía y Suecia, además de Noruega y Suiza.
Alto porcentaje de incumplimiento
La acción coordinada confirmó la suposición inicial de que una parte significativa de la miel importada en la UE es sospechosa de no cumplir con las disposiciones de la “Directiva de la Miel” (46% basado en 320 muestras).
Esta tasa fue considerablemente superior a la obtenida en 2015-17 (14%). El número absoluto más alto de envíos sospechosos se originó en China (74%), aunque la miel procedente de Turquía tuvo la proporción relativa más alta de muestras sospechosas (93 %). La miel importada del Reino Unido tenía una tasa de sospecha aún más alta (100%), probablemente como resultado de la miel producida en otros países y luego mezclada en el Reino Unido antes de su reexportación a la UE.
Más de la mitad (57%) de los operadores habían exportado envíos de miel sospechosos de estar adulterados con azúcares extraños y más del 66% de los operadores importaron al menos un envío sospechoso.
Hasta la fecha, 44 operadores de la UE han sido investigados y siete han sido sancionados.
¿Cuáles son las principales prácticas fraudulentas?
- Uso de jarabes de azúcar para adulterar la miel y abaratar su precio, tanto en países no pertenecientes a la UE como en el territorio de la UE.
- Análisis en laboratorios acreditados para adaptar mezclas de miel/azúcar para eludir una posible detección por parte de clientes y autoridades oficiales antes de las operaciones de importación.
- Uso de aditivos y colorantes para adulterar la verdadera fuente botánica de la miel.
- Enmascaramiento del verdadero origen geográfico de la miel falsificando información de trazabilidad y eliminando el polen.