No hay miel. O casi no hay. Es decir, miel hecha aquí y por abejas de aquí. El presidente de la Asociación de Apicultores de Gran Canaria, Francisco Hernández, calcula que, de media, la cosecha de este año está en un 10% de lo que era habitual. «Llevábamos encadenando tres años malos, pero como este, ninguno, ha sido nefasto», se lamenta. Solo ha habido algo de producción, «pero muy poca», en los colmenares de la mitad norte de la isla. En esos casos, en términos porcentuales, cifra la proporción en un 25% de lo que era habitual.
Hernández se pone a sí mismo de ejemplo para poner sobre la mesa la situación crítica que este año vive el sector en la isla. «Tengo en el norte unas 25 colmenas, pues entre todas no he llegado a coger sino 25 kilos, cuando en un año normal me hacían fácilmente unos 500». Y su caso no es ni mucho menos excepcional. Su queja se repite en una ganadería muy castigada, que, para colmo, este verano se vio también especialmente sacudida por los incendios, que quemaron unas 1.000 colmenas. Según Apigranca, en Gran Canaria hay registradas 10.500 colmenas que gestionan 320 apicultores.
Para Hernández, la casuística de esta bajada de producción es diversa, pero, a grandes rasgos, señala dos, una para cada mitad de la isla. En la zona sur no ha llovido nada, por lo que no hay flores y no hay miel. Tanto es así que el apicultor está alimentando a la abeja con jarabes de fructosa, algo así como agua y azúcar, pero no para que produzca miel, sino para que no muera.
Mientras, en la parte norte el daño ha venido de la mano de lo que él llama la «ruptura del ciclo normal de las estaciones». Llovió mucho en otoño, luego vinieron más de 50 días en que no cayó una gota, y cuando la abeja estaba ya en campaña, volvió a llover algo. Estos vaivenes, a su juicio, han mermado la eficiencia productiva de las abejas y, para colmo, las han hecho más vulnerables ante las plagas.
A este cóctel de factores se le suma el fraude. Se vende como miel canaria lo que los apicultores llaman miel china. «La poca que hay de aquí la mezclan con jarabe de alta fructosa y la cobran a 12 euros el kilo, como si fuera de aquí; están reventando el mercado». Los inspectores del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria, que depende del Gobierno regional, ha detectado este año varios casos, aseguran en el sector.
Tan poca miel hay este año que Valsequillo tuvo que readaptar la feria anual que le dedica a este sector. La que será su quinta edición ha suprimido la alusión a la abeja negra canaria. Es más, dado que apenas hay miel, se ha visto obligado a complementarla con una feria de artesanía. Habrá como seis apicultores que ofrecerán también hidromiel, propóleo, jalea o polen. El resto, 37 puestos, lo serán de artesanía. Abrirán este domingo desde las 10.00 horas en la plaza de Tifariti y su entorno e incluirá un show cooking, a las 10.30, donde unos cocineros profesionales mostrarán cómo elaborar varios platos donde el ingrediente principal sea la miel. Para los niños habrá castillos hinchables y talleres. También se celebrará la final del primer torneo triangular de Lucha Canaria Queso Flor Valsequillo y las Escuelas Artísticas Municipales ofrecerán un concierto en la calle.
Fuente: Canarias 7