Gran Canaria, protagonista en restauración ecológica y recuperación de polinizadores con el proyecto europeo NewLIFE4BioIslands
Gran Canaria se sitúa en la primera línea de la restauración ecológica y la conservación de la biodiversidad, gracias a su participación en un ambicioso proyecto europeo que busca revertir el declive de los polinizadores nativos y mejorar la conectividad de los hábitats degradados.
Un proyecto LIFE con visión global
La Comisión Europea, a través del programa LIFE – Nature & Biodiversity, ha aprobado el proyecto NewLIFE4BioIslands (LIFE24-NAT-ES-101216081), que se ha puesto en marcha el 1 de diciembre de 2025 y se desarrollará hasta noviembre de 2031 con un presupuesto total de más de 7,1 millones de euros, de los cuales más de 4,3 millones son aportados por la Unión Europea.
Este proyecto tiene como objetivo principal restaurar paisajes degradados en distintas regiones de Europa, incluido nuestro territorio, mediante la creación de lo que se denominan “islas de biodiversidad”: áreas estratégicamente diseñadas para favorecer la regeneración natural, mejorar el funcionamiento de los ecosistemas y promover la recuperación de polinizadores nativos como abejas, sírfidos y lepidópteros.
Además de Gran Canaria, participan también regiones como Barcelona (España), Creta y Mt Pangeon (Grecia) y el Lacio (Italia), en una colaboración entre administraciones, centros de investigación y entidades especializadas que busca un modelo replicable de restauración ecológica en Europa.
Gran Canaria, referente en restauración ecológica
El impulso de este proyecto convierte a Gran Canaria en un referente nacional e internacional en esfuerzos de restauración ecológica y conservación de la biodiversidad. Iniciativas como NewLIFE4BioIslands se suman a otras políticas y programas de recuperación ambiental que se están desarrollando en la isla, situándola como un ejemplo de compromiso con la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático.
A través de estas acciones, se busca no sólo recuperar las poblaciones de polinizadores nativos, esenciales para la reproducción de más del 80 % de las plantas silvestres y cultivos, sino también restablecer la conectividad ecológica entre fragmentos de hábitat degradado, haciendo los ecosistemas más resistentes frente a amenazas ambientales.
Un enfoque integrador para la biodiversidad
El proyecto se centra en reforzar la vegetación nativa estructural, incorporando especies clave que favorezcan períodos prolongados de floración para atraer y apoyar diversas especies de polinizadores. Asimismo, incluye un componente importante de participación ciudadana y ciencia colaborativa, con programas de educación y seguimiento de campo que permitirán a la comunidad local implicarse directamente en la conservación de su entorno.
La creación de estas “islas de biodiversidad” no solo persigue beneficios directos para los polinizadores, sino también para el conjunto del ecosistema: mayor abundancia y diversidad de invertebrados, mejora de los servicios ecosistémicos y fortalecimiento de la resiliencia frente a perturbaciones como el cambio climático.
El papel de las administraciones y agentes locales
La participación activa de instituciones como el Cabildo de Gran Canaria y centros científicos españoles en el desarrollo de NewLIFE4BioIslands confirma el compromiso del territorio con una transición ecológica que va más allá de la protección de espacios naturales, incorporando acciones de gestión activa del paisaje, restauración ecológica y colaboración multinivel.
Este proyecto se enmarca en una visión más amplia que la Unión Europea impulsa sobre biodiversidad y restauración del medio natural, en consonancia con los objetivos del Pacto Verde Europeo y las estrategias de biodiversidad y resiliencia ambiental para las próximas décadas.
Hacia un futuro más verde y resiliente
Con iniciativas como NewLIFE4BioIslands, Gran Canaria refuerza su papel como ejemplo de innovación ambiental y sostenibilidad, promoviendo no solo la recuperación de especies clave y hábitats, sino también un cambio de paradigma en la gestión del territorio que ponga en el centro la naturaleza.
La restauración ecológica y la conservación de los polinizadores no solo benefician a la biodiversidad, sino que también impulsan la seguridad alimentaria, la calidad de los paisajes y la calidad de vida de las comunidades locales, consolidando un futuro más resiliente para todos.

