D. José de Viera y Clavijo en su Diccionario de Historia Natural de las Islas Canarias (1868) haciéndose eco de autores anteriores nos contaba con estas palabras la dificultad de establecer colmenas en las islas orientales: «No han dejado de llevarse también algunas veces a Fuerteventura y Lanzarote; pero jamás han procreado a causa de que la violencia de los vientos nornordestes que reinan en ambas islas, particularmente de Abril hasta Octubre, impiden el vuelo a las abejas cuando buscan las flores».
Uno de los primeros en instalar colmenas en la isla fue Juan Rodríguez Marrero, que colocó en sus plantaciones de aloe vera, cerca de Tiscamanita, cuatro colmenas, traídas de Gran Canaria en febrero de 1999. La intención de Juan, gerente de Sabila Maxorata, era la de comercializar la miel de aloe vera. Posteriormente le siguieron otros entusiastas de la apicultura, entre ellos Bruno Gil y Carlos Ávila Cabrera. Bruno Gil puso colmenas, en su finca ecológica, situada en El Rincón de Cuba (entre Villaverde y Lajares). En esa finca nació, en 2008, la primera abeja reina majorera.
A Carlos Ávila le llegó un enjambre a su finca de Tiscamanita en el año 2000 procedente de las cuatro colmenas de Juan Rodríguez por eso suele decir «las abejas me eligieron a mí». Le llamó tanto la atención que pronto se apasionó y comenzó a formarse. Hoy tiene en Fuerteventura la primera sala de extracción de miel cruda en su casa de Guisguey, en el municipio de Puerto del Rosario, y unas 60 colmenas de abejas negras canarias repartidas por todos los municipios, y que va cambiando según las lluvias y las flores que, en Fuerteventura, ambas se hacen de rogar. Carlos Ávila Cabrera comercializa la miel “Flor del Desierto”.
El último asentamiento ha sido en «La suerte de la miel de abeja», un paraje en origen propiedad de los marqueses de Lz y Fv que tenía su residencia en La Oliva, y frente de su finca hay unos terrenos en los que se dice que se intentó la apicultura a través de los monjes franciscanos quienes viajaban con viñas y abejas para la producción de cera de abeja.
Las abejas “majoreras” elaboran su miel con flores que no se dan en muchas partes del mundo, como son la barrilla, el corazoncillo, la tabaiba dulce, la palmera, las tuneras, la pitera y el verol, por lo que su sabor y su olor es muy de nuestra tierra.
Carlos Ávila pone de relieve la particularidad de esta elaboración majorera. “Es algo fantástico, esta miel monofloral de aloe vera, única en Europa y quizá en el mundo -lo desconozco-; es que un 80% de esa sola flor aquí en Fuerteventura es algo digno de tener en cuenta, pues puede ser algo único”.“Teniendo en cuenta que Fuerteventura es una isla bastante seca, sin embargo, existen floraciones que se podrían comparar a cualquier zona de costa de las otras islas. La barrilla está muy presente en toda la costa Sur, el verode, la tabaiba dulce, la pitera, las tuneras,… Cuando llueve el corazoncillo -muy exquisita-, tedera, mostaza,… Quería subrayar una particularidad de Fuerteventura, que tiene la apicultura más extrema de Canarias, y es que nosotros tenemos una floración explosiva pero en muy corto espacio de tiempo.
Miel de aloe con un arduo trabajo.
A lo largo de estos años Carlos ha aprendido a lidiar con las condiciones adversas que presenta la isla para la práctica de la apicultura, ha hecho refugios de piedra, incluso en periodos prolongados de sequía ha tenido que trasladar temporalmente las colmenas a Gran Canaria. El estar en una isla no capitalina le impide el acceso a asociaciones de apicultores propias, acceso a medicamentos o asistencia sanitaria; estas cuestiones las ha podido resolver gracias a pertenecer a ApiGranca que trata con mucho cariño a su socio majorero.
Carlos nos comenta las dificultades que ha tenido en Fuerteventura para realizar los análisis físico-químico y melisopalinológicos de su miel, ya que la Casa de la Miel solo ofrece servicios a los apicultores tinerfeños. No obstante ha conseguido finalmente que la Casa de la Miel se interese por su producto y ha determinado este año 2023 su origen monofloral con más de un 80% de polen de aloe vera.
Los colmenares de Carlos han tenido una gran repercursión mediática, tanto por ser el único apicultor registrado en Fuerteventura como por la calidad de la miel de aloe vera que produce. De esta manera ocupado páginas entre otros en Canarias7, Atlántico Hoy, Hule y Mantel, Fuerteventuraenimagenes, CadenaSer, klug-imkern.de.