Mitos y mentiras de la agroindustria para bloquear la transición agrícola

¿Estamos usando cada vez menos pesticidas? La Tierra, ¿incapaz de alimentar a 10 mil millones de habitantes? ¿Son los agricultores responsables del desastre ecológico? Si bien la transición agrícola es ahora una emergencia, el discurso bien afinado de la agroindustria a menudo hace que los argumentos a favor de modelos de producción verdaderamente sostenibles y eficientes sean inaudibles. Aquí están los «10 principales» de estos argumentos falsos y cómo responderlos.

Mito núm. 1: «Los plaguicidas son escrupulosamente probados, los que están permitidos no son tóxicos».
Muchos plaguicidas fueron autorizados, antes de ser retirados del mercado, años o décadas después, cuando su daño al medio ambiente o la salud humana se volvió irrefutable. Estas retiradas muestran que las evaluaciones realizadas antes de su marketing son insuficientes o inapropiadas. También se basan en datos proporcionados por los propios fabricantes.

Mito núm. 2: «Todos los días, usamos menos y menos plaguicidas».
Contrariamente a los compromisos de los sucesivos gobiernos, el uso de plaguicidas está lejos de haber disminuido, incluso ha aumentado en los últimos años. Y este aumento cuantitativo va acompañado de un aumento de la potencia de las últimas generaciones de productos.

Mito núm. 3: «Usados correctamente, los plaguicidas no son peligrosos».
Con esta afirmación, la industria agroquímica busca eludir sus responsabilidades e incriminar a los agricultores. Sin embargo, los estudios muestran que los pesticidas, incluso cuando se usan correctamente, se encuentran en el aire, el agua y el suelo y que los efectos secundarios son inevitables.

Mito núm. 4: «Solo la agroindustria podrá alimentar un planeta de 10 mil millones de habitantes».
La agricultura mundial ya está produciendo más de lo necesario para alimentar a la humanidad, pero un tercio de esta producción se desperdicia. Es más, la agroindustria representa más una amenaza que un beneficio para las generaciones futuras: destruye la vida del suelo, agota los recursos hídricos, contamina el medio ambiente y contribuye al calentamiento global.

Mito núm. 5: «Con sus bajos rendimientos y sus altos costos, la agricultura orgánica no puede alimentar al mundo».
Reduciendo el desperdicio de alimentos y sustituyendo parte del consumo de productos animales por alternativas vegetales, sería posible alimentar a todos los habitantes del planeta con agricultura ecológica, sin ni siquiera incrementar las tierras agrícolas.

Mito núm. 6: «La agricultura industrial es un modelo competitivo y de bajo costo, que garantiza alimentos baratos».
Tal afirmación ignora intencionadamente los costos ocultos de la agricultura convencional. Estos costos desorbitados –control de la contaminación, tratamiento de enfermedades vinculadas a los plaguicidas, etc.– no se tienen en cuenta en el precio de los productos. Sin embargo, son pagados por los ciudadanos a través de sus impuestos y cotizaciones sociales.

Mito núm. 7: «Producir más gracias a la agroindustria es la única manera de resolver el problema del hambre en el mundo».
Cambio climático, desastres naturales, guerras y conflictos, desigualdades, desequilibrios comerciales … El hambre en el mundo ya no es una cuestión de cantidad producida, sino un problema multifactorial de acceso a alimentos de calidad.

Mito núm. 8: «La agricultura industrial puede y debe co-existir con sus alternativas».
Derramar pesticidas químicos en un campo, sin contaminar las tierras vecinas, sigue siendo una ilusión. Seguir destruyendo la naturaleza y amenazando la salud humana cuando hay alternativas es una posición insostenible.

Mito núm. 9 «Los agricultores han elegido este modelo y son los principales beneficiarios».
La industrialización de la agricultura ha tenido efectos devastadores en el mundo rural. Muchos campesinos no tuvieron más remedio que abandonar sus granjas y abandonar el campo. Muchos de los que se quedan se están ahogando en deudas y sobreviven con un goteo de ayuda pública … cuando no se sienten impulsados ​​al suicidio.

Mito núm. 10 : «La ‘alta tecnología’ permitirá que la agroindustria se haga sostenible».
Reemplazar a los polinizadores diezmados por la agricultura convencional por robots o crear abejas transgénicas resistentes a los pesticidas no son soluciones del futuro. Estas propuestas solo harán que los agricultores sean más dependientes de la industria al privatizar un servicio gratuito proporcionado por la naturaleza.

Extracto del artículo original en francés publicado por POLLINIS el 23 de mayo de 2020 y cuyo contenido íntegro es MYTHES & MENSONGES DE L’AGRO-INDUSTRIE POUR BLOQUER LA TRANSITION AGRICOLE aunque puede acceder a su traducción al español proporcionada de manera automática por Google en el siguiente enlace: Mitos y mentiras de la agroindustria para bloquear la transición agrícola.

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