El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha actualizado los indicadores del sector apícola publicando un nuevo informe de fecha septiembre de 2020.
El sector apícola español supone alrededor del 0,44% de la Producción Final Ganadera y el 0,17% de la Producción de la Rama Agraria, con un valor anual de su producción (miel, cera y polen) estimado en unos 62 millones de euros. No obstante, el valor este sector va más allá de lo puramente económico, ya que la apicultura juega un papel fundamental en la conservación del medio natural, la polinización de los cultivos y el mantenimiento de la biodiversidad.
En los últimos años el sector viene manteniendo un crecimiento constante, tanto en número de colmenas, de explotaciones y de apicultores. En el ámbito comunitario, España destaca por su censo de colmenas (alrededor del 16% de las colmenas en la UE), así como por el hecho de que el 80% se encuentra en manos de apicultores profesionales (aquellos que gestionan más de 150 colmenas). El grado de profesionalización de la apicultura en España supera la media de la UE, con alrededor de un 22% de apicultores profesionales. Este perfil, unido a datos productivos y de comercio exterior de gran relevancia, refleja la importancia del sector apícola español.
En el ámbito nacional, la mayor parte del censo de colmenas y de la producción de miel y cera se concentra en las Comunidades Autónomas de Extremadura, Andalucía, Castilla y León y la Comunidad Valenciana. En cuanto al número de explotaciones la relación varía, concentrándose en Castilla y León, Andalucía y Galicia.
Sin embargo, conviven en nuestro país una gran diversidad de modelos productivos que refleja la actividad apícola en cada región. A grandes rasgos podemos hablar de dos apiculturas diferentes: la existente en la zona norte, noroeste y las regiones insulares (caracterizada por el alto grado de “hobbistas” y de apicultores pequeños que, en su mayoría, no practican la trashumancia) y la predominante en el centro y sur/sureste (con un mayor grado de profesionalización y mayoritariamente trashumante).
La apicultura, en línea con la mayor parte del sector primario español, ha hecho de la internacionalización una estrategia clave para el crecimiento y revalorización del mismo. Esto se ve reflejado en la evolución creciente del balance de comercio exterior de la miel, tanto en términos de volumen como en valor económico.
Accede al documento: El sector apícola en cifras, septiembre 2020, documento en formato PDF con 70 páginas.
Recordamos que en Junio de 2020 se ha publicado Ficha sectorial de la Orientación Técnico-Económica OTE apicultura, documento en formato PDF de 38 páginas.
De acuerdo al REGLAMENTO (CE) 1242/2008 DE LA COMISIÓN de 8 de diciembre de 2008 por la que se establece una tipología comunitaria de las explotaciones agrícolas, la apicultura se clasifica de la siguiente forma:
OTE generales | OTE principales | OTE particulares |
8. Explotaciones mixtas cultivos: ganadería | 84. Explotaciones mixtas con varias combinaciones cultivos ganadería | 843. Explotaciones apícolas |
Nota del editor. El término apicultor/apicultura se introdujo a mediados del siglo XIX y tiene raíces latinas, hasta ese momento se utilizaba de manera general colmenero, abejero y en Canarias también mielero, aunque éste último se refería asimismo al comerciante de mieles. Pero es una aberración que el ministerio haya caído en «hobbista» para referirse a la apicultura de autoconsumo y complemento de la renta familiar. Es la apicultura que se ha practicado en Canarias a lo largo de cinco siglos, y referirse a ella en esos términos importados de otras lenguas en una falta de respeto y desprecio a una práctica centenaria.