Los apicultores tinerfeños llevan varios años pasando por dificultades. A las malas cosechas, ocasionadas por las sequías y la muerte de muchas abejas debido a la utilización de algunos pesticidas, se une ahora el robo de las colmenas, que muchos de sus dueños han visto desaparecer sin dejar rastro. Así lo denuncia el presidente de la Asociación de Apicultores de Tenerife (Apiten), Pablo José Pestano, quien asegura que al haber tan poca producción en la Isla y tanta demanda «hay aprovechados que se llevan lo que no es suyo».
El representante del colectivo manifiesta que estos robos se están produciendo en muchas zonas de la Isla, pero en especial tiene constancia de que varias de esas sustracciones se han llevado a cabo en el Valle de Güímar. Él opina que pueden estar siendo realizados por personas vinculadas al sector de la apicultura que no pueden hacer frente a los compromisos de producción que han adquirido e intentar solucionarlo de esta manera. «No es fácil robar una colmena si no sabes cómo hacerlo», certifica, y añade que un factor que facilita los robos es que » no están continuamente vigiladas y suelen ubicarse en el campo en lugares apartados».
Pestano explica que a través del robo de una colmena que contenga la cantidad de abejas suficiente «puedes formar tres colonias más pequeñas y venderlas luego». El representante del colectivo explica que no solo existe demanda de estos insectos para la producción de miel, sino también para instalarlos en zonas de cultivo para facilitar la polinización.
Además, indica que es casi imposible identificar si una colmena es robada o no. «Las pasan a otra caja y a diferencia de otros animales, las abejas no tienen un registro», señala.
Los apicultores ya están armándose para luchar contra estas sustracciones. El presidente de Apiten explica que existe un sistema de GPS que se instala en las colmenas y les indica cuando se produce algún movimiento. Un sistema que ya se ha puesto en marcha en algunos lugares de la Península y que los productores tinerfeños quieren importar para la Isla. Sin embargo, Pestano advierte de que el coste para instalar este tipo de aparatos es alto, «unos 150 euros por cada dispositivo», además de la obligación de mantener una línea de teléfono operativa. Por eso, «nuestro objetivo es buscar alguna línea de subvención que permita hacer una compra de este sistema».
La producción de miel en la Isla no ha dejado de descender en los cuatro últimos años. «Se ha reducido debido a los años de sequía que ha provocado la muerte de colmenas por hambre y no se han podido recuperar en primavera porque no ha habido lluvias», expone.
Según los datos que aporta Apiten solo el año pasado pasó de tener 13.000 colmenas a solo poco más de 10.000 y asegura que el 35% de esas colonias morirán antes de que finalice este año.
Pestano sostiene que la cosecha del año pasado «se agotó en dos o tres meses» porque «el 90% se perdió». Este año «apicultores que la pasada temporada cosecharon me están diciendo que este año no podrán, está todo incluso peor».
Bajo su punto de vista, la culpa del cambio de comportamiento de estos insectos lo tiene el cambio climático. «Las colonias no se han adaptado y nosotros tampoco tenemos la forma», admite, ya que al no haber floración no pueden encontrar alimento y por lo tanto no pueden producir miel.
El representante del colectivo se muestra preocupado ya que «año tras año esta pérdida puede colapsar el sector» y asegura que es insostenible mantenerlo sufriendo estas pérdidas de ingresos cada temporada, por lo que reclaman ayuda a las administraciones públicas.
La alta demanda y la escasez de este producto está avivando los fraudes que se producen en el etiquetado de la miel. El presidente de Apiten alega que desde la Denominación de Origen «estamos persiguiendo el fraude e intensificando los controles».
Ahora mismo el mayor fraude que se ha detectado «es la compra de mieles de la Península que se venden como producidas en Canarias», y se pueden encontrar en supermercados, pero advierte que también en mercadillos y mercados. Sin embargo, Pestano afirma que el usuario puede fijarse en algunos detalles para tratar de averiguar si la miel se produce en el Archipiélago. Por ejemplo, «si es de girasol no se ha producido aquí», explica, porque no forma parte de la flora endémica de las Islas.
Apiten pide ayuda para alimentar de forma artificial a las abejas
La sequía y los cambios climáticos retrasan y reducen la floración en la Isla. Esto tiene como consecuencia el daño a las colmenas y abejas que no encuentran alimentos. Según el presidente de Apiten, Pablo José Pestano, la situación es desesperada este año y se han planteado alimentar de forma artificial a las colmenas. Se trata de un pienso «que es caro», por lo que solicitan ayuda a las administraciones públicas para que compense parte de su precio y esto les permita salvar la temporada. Una situación que también se dio el año pasado, cuando Pestano asegura que el Cabildo destinó ayuda para que pudieran hacer frente a este gasto extra.
El representante del colectivo afirma que es necesario mantener este sector, ya que se trata de una actividad determinante «para el medioambiente y los cultivos, además de ser los ingresos de muchas familias».
Por eso, piden ayuda y apoyo a las administraciones no solo para sufragar este alimento artificial sino también en la búsqueda de espacios seguros donde poder ubicar sus colmenas. «En la Isla hay un gran cantidad de territorio protegido y otra gran parte se destina a zonas urbanas o turísticas», señala, por lo que cada vez tienen más problemas para instalar las colmenas.
El sector tiene también otro frente abierto, el uso de algunos plaguicidas que se utilizan en los cultivos y que terminan afectando a las poblaciones de abejas y mermando el número de insectos. «Necesitamos zonas libres de pesticidas donde ellas se puedan desarrollar», indica.
Por otro lado, Pestano espera que lo que queda de primavera caiga algo de lluvia para aliviar la situación y promover la floración. «Este año en la zona norte ha llovido algo más, pero en el Sur no creo que se vaya a reponer y esta temporada no habrá producción de miel», asegura.
Fuente: Dalia Guerra. El Día.