Miles de millones de personas, en países desarrollados y en desarrollo, se benefician diariamente del uso de especies silvestres como alimento, energía, materiales, medicina, recreación, inspiración y muchas otras contribuciones vitales para el bienestar humano.
La acelerada crisis mundial de la biodiversidad, con un millón de especies de plantas y animales en peligro de extinción, amenaza estos regalos de la naturaleza a la humanidad.
El Día Mundial de la Vida Silvestre nos brinda la ocasión de celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes, crear conciencia sobre la multitud de beneficios que aportan y la necesidad urgente de combatir los delitos contra el medio ambiente y la disminución de especies a causa de la actividad humana, que acarrean consecuencias negativas de gran alcance en el ámbito económico, medioambiental y social.
Medio siglo promoviendo las alianzas en favor de la conservación de la vida silvestre
Este año, el Día Mundial de la Vida Silvestre lleva como título: «Alianzas en favor de la conservación de la vida silvestre» en homenaje a todas aquellas personas que marcan la diferencia.
El concepto de alianzas puede adquirir muchas formas: desde asociaciones internacionales con objetivos globales a una iniciativa escolar para recaudar fondos en beneficio de un grupo conservacionista, movilizaciones comunitarias o la publicación de fotografías que remuevan conciencias sobre las especies en peligro de extinción. Todas ellas son alianzas igual de válidas.
Pero este año se conmemora una alianza muy especial para la ONU: el 50ª aniversario de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, CITES, por sus siglas en inglés.
Esta convención es un acuerdo de cooperación internacional entre gobiernos para velar porque el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para la supervivencia de las mismas. Hoy en día, ofrece diversos grados de protección a más de 37.000 especies de animales y plantas.
Y es que esta convención ha sido el ejemplo claro de cómo tender puentes para formar asociaciones en pro de la sostenibilidad, la vida silvestre y la conservación de la biodiversidad.
Junto a ella, las agencias de la ONU, el sector privado, las organizaciones filantrópicas y las ONGs deben seguir luchando por este propósito de acabar con el comercio ilegal y el agotamiento de la vida silvestre.
Mantener las asociaciones existentes y construir otras nuevas es fundamental para el futuro de la vida en la tierra.
Necesitamos cambiar nuestra relación con la naturaleza.
Necesitamos trabajar juntos.