Narramos a continuación una bonita historia acerca de la recuperación de un abejero europeo, un depredador de abejas, que fue tratado en el Centro de recuperación de la Fauna de Tafira y que necesitó la colaboración de los apicultores grancanarios a través de una cadena de contactos. Enhorabuena a todos los implicados, en especial a Pascual Calabuig y Derke Padrón, veterinarios responsables.
El pasado mes de octubre un barco que hacía la ruta de Algeciras a Gran Canaria observó como un ave rapaz se había posado exhausta en la cubierta del barco. Resultó ser un abejero europeo (Pernis apivorus) que en su vuelo migratorio hacia África fue desorientado por la fuerte calima mientras volaba por tierras marroquíes junto a otros congéneres. Al llegar a puerto fue trasladado al Centro de Recuperación de Fauna de Tafira, una entidad dependiente del Servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria.
Es la primera que vez que en este centro se recibe un individuo de esta especie, así que una vez identificado y diagnosticado hay que procurarle los cuidados y alimentación adecuados para hacer posible su liberación lo antes posible.
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Tras varios días alimentando con papilla para recuperar peso, el abejero se negaba a alimentarse de manera autónoma, no recuperaba peso y mantenía un carácter un poco apagado. Esto era debido a su régimen de alimentación, centrada en avisperos y panales. La forma de su pico, corto y fino, le permite extraer con facilidad la pulpa de los panales. Sus dedos están protegidos por duras escamas para evitar la picadura de los aguijones de estos insectos. Se come las larvas de avispa, las abejas, la miel y la cera. También se alimenta de insectos adultos, como arañas y lombrices, así como de pequeños mamíferos y reptiles. A veces, come incluso frutos.
Los apicultores acuden en su ayuda, cadena de contactos.
Había que procurar abejas (larvas y adultas), miel y cera para que el abejero recuperase su instinto y ganas de alimentarse de manera autónoma. El veterinario Pascual Calabuig contactó con su amigo Antonio Quesada, apicultor y biólogo, vocal de la Asociación de Apicultores de Gran Canaria y entre ambos acordaron que lo mejor era procurar una colmena para que el abejero encontrase los nutrientes necesarios y recuperase su instinto y alimentación autónoma.
Es duro para un apicultor ofrecer las abejas que cría con tanto cariño y dedicación para que sean objeto de un depredador, pero la ocasión merecía la pena, había que salvar al abejero europeo. Se optó por encontrar una colmena zanganera. Sucede que a veces una colmena por diversos motivos puede perder su reina y las abejas son incapaces de procurar una nueva, en esas condiciones algunas abejas comienzan a poner huevos que solo darán lugar a machos, los zánganos, y a medida que vayan muriendo las obreras presentes la colmena estará condenada a muerte.
Se contactó con el Centro de Cría y Recuperación de la Abeja Negra Canaria que el Cabildo de Gran Canaria mantiene en Bañaderos y su veterinario, Elizardo Monzón, hizo lo posible para encontrar una colonia zanganera que fue trasladada a Tafira en una caja de cartón especial llamada nuclero.
El veterinario Derke Padrón, responsable del abejero, tras varios intentos sacó uno de los cuadros del nuclero y pronto el animal comenzó a alimentarse de manera autónoma y recuperar peso, fue necesario llevar otra colmena zanganera y en un par de semanas el estado del abejero fue tan bueno que pudo ser puesto en libertad para que continuase su vuelo a tierras africanas donde encontrará otros congéneres.
Seguro que los apicultores descansarán teniendo al bicho lejos!!!!!
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| El veterinario Derke Padrón en dos momentos de su trabajo con traje de protección de ApiGranca. | |
Pernis apivorus (abejero europeo)
Estrechamente ligado a áreas boscosas, el abejero es una rapaz estival en nuestro país, que realiza largas singladuras hasta alcanzar el continente africano, donde inverna, para lo que necesita antes canalizar su migración a través del estrecho de Gibraltar, donde se concentra en gran número. Las adaptaciones a sus curiosas preferencias alimentarias (avispas, abejorros) lo llevan a sincronizar su ciclo reproductor y migración con el periodo de mayor abundancia de estas singulares presas para una rapaz.
Hábitat y distribución.
El abejero europeo se extiende por toda Europa salvo en el norte de Escandinavia e Islandia. También en Asia occidental. Tiende a situarse en bosques extensos, sobre todo caducifolios como rebollares o abedulares, con zonas aclaradas de arbustos y matorrales o pastizales. También aparece en zonas colinares con arbolado. Su presencia abarca desde el mes de abril hasta su marcha en septiembre. Las migradoras cruzan el mediterráneo por rutas regulares.
El abejero europeo suele ocultarse cuando cría. Resulta más sencillo verlo en migración cuando se concentra en los estrechos sobre el Báltico y el Mediterráneo, mientras se dirige a la África tropical.
Identificación.
La coloración de esta especie presenta considerables diferencias individuales, de tal manera que han llegado a distinguirse hasta 10 fases de plumaje diferentes. Como norma, las partes inferiores son claras y están provistas de un profuso barreado transversal marronáceo, en tanto que las dorsales, parduzcas, resultan bastante más oscuras que las ventrales; la cola, por su parte, muestra un característico franjeado. En la cabeza, que presenta una tonalidad grisácea, destaca el iris intensamente amarillo. Dentro de este patrón general, existen notables variaciones, y se pueden hallar desde individuos muy claros hasta otros extremadamente oscuros, casi melánicos; en todo caso, los ejemplares de coloración intermedia son los más frecuentes. Aparte de algunas diferencias en el diseño y coloración del plumaje, el rasgo más distintivo entre machos y hembras es el mayor tamaño de estas. Los jóvenes, por su parte, tienden a ser oscuros, con el iris marrón. En vuelo es llamativo el barreado ventral, así como las franjas de la cola, si bien lo más significativo y que permite diferenciar fácilmente al abejero de otras rapaces similares, como el busardo ratonero, es su silueta, con la cabeza apuntada, la cola larga —de ángulos algo redondeados— y las alas rectas y estrechas.
Nido del abejero.
Construye sus nidos por medio de ramitas en el follaje de los árboles, generalmente en la mitad superior de la copa. A veces, utilizan antiguos nidos de cuervos.
Apareamiento y reproducción
Realizan una nidada de 1 a 3 huevos entre abril y junio, meses que coinciden con los de mayor abundancia de sus presas. En abril llegan los primeros ejemplares procedentes de África. Son los abejeros machos, que cuando llega la época de cria presentan una actitud solitaria y agresiva, nada que ver con su carácter gregario de la época de migración. La fase de cortejo comienza cuando aparecen las hembras. Después, la pareja reconstruye el nido de la temporada anterior.
Los huevos son de color blanco, salpicado de motas rojizas, incubados durante 37 días aproximadamente por ambos, aunque la hembra suele dedicar más tiempo.
Alimentación.
Su alimentación se centra en avisperos y panales. La forma de su pico, corto y fino, le permite extraer con facilidad la pulpa de los panales. Sus dedos están protegidos por duras escamas para evitar la picadura de los aguijones de estos insectos. Se come las larvas de avispa, las abejas, la miel y la cera. También se alimenta de insectos adultos, como arañas y lombrices, así como de pequeños mamíferos y reptiles. A veces, come incluso frutos.
Canto.
Es un ave generalmente silenciosa, aunque emite un reclamo parecido a un fliiiu piiiu, claro y ligeramente melancólico.
Muy bonita historia, salvándole la vida, ademas buena información sobre el abejero.
Que un animal «dañino» para nuestras apis melliferas sea salvado con la estrecha colaboración de apicultores es un auténtico ejemplo a seguir que, sin lugar a dudas, habla muy bien de lo concienciado que está este sector con la defensa de la naturaleza. Gracias a todos los que lo han hecho posible.