Este año un compañero detectó algo raro en sus colmenas en relación con el desarrollo de las crías. Antes que callarse el problema prefirió comunicarlo a la asociación quien sobre la marcha comunicó la incidencia al veterinario de la asociación.
Nuestro veterinario, Pablo Pérez, visitó el colmenar y abrió todas y cada una de las colmenas, tomando nota de cada una de ellas en un registro, y retirando las muestras necesarias para su posterior análisis en laboratorio. Se tomaron las medidas preventivas necesarias, quemando las colmenas que obviamente mostraban signos evidentes y quedando a la espera de la confirmación de los análisis.
Es una enfermedad de obligada comunicación y por eso se informó a los organismos superiores.
Mientras esto sucedía, otro colmenar muy próximo y alertado por esta noticia, también pudo verificar los mismos síntomas y se volvió a repetir el proceso, visita de veterinario, toma de muestras, quema de colmenas sospechosas.
Simultáneamente, se comprobó la existencia en los alrededores de algunos colmenares abandonados hace años y a los que se pudo achacar en principio este pequeño brote de loque americana. También se denunció este abandono y hoy estos colmenares abandonados están siendo retirados. Como hecho curioso, sobre algunas cajas pesaba una denuncia por robo ante la Guardia Civil desde hace unos 9 años, así que aparecieron las cajas pero no el ladrón.
Una reciente inspección veterinaria ha confirmado la buena salud de ambos colmenares dando fin a las actuaciones. Todos los eslabones de la cadena han funcionado: apicultor, asociación, veterinario, laboratorio, consejería.
Lección: comunica a tu asociación cualquier incidencia
Gracias a la comunicación de un apicultor ante la sospecha de que algo no va bien, hemos podido frenar el brote de una enfermedad contagiosa. Esto ha favorecido la salud de toda la cabaña apícola de la isla y no se debe callar, debemos felicitar y agradecer a este apicultor la valentía de comunicar y no esconder, nos puede pasar a cualquiera y la asociación paga los servicios de un veterinario para que actúe de modo preventivo, no para cuando ya sea tarde y nos pueda afectar a todos.
Quizá alguno piense que es mejor callar y ponernos a todos en peligro.
Suaves picadas y dulce cosecha!
A. Quesada