Aldeana de nacimiento y por convicción, es la apicultora titulada más joven de Gran Canaria y es firme defensora de preservar la abeja negra canaria
Es media mañana de uno de los primeros días de mayo y Soraya Godoy muestra uno de los panales de una de las 100 colmenas del apiario familiar. Está casi lleno de miel, pero aún no está listo para castrar, es decir, para recolectar. Mientras Soraya explica el proceso, decenas de abejas defensoras dejan patente su malestar por la intromisión. Es primavera y la colmena bulle de trabajo. Este año, si no se malogra, habrá buena cosecha, una buena noticia para los incondicionales de Miel La Aldea. «Nos las van a quitar de las manos», apunta.
Puede que Soraya no sea del todo consciente, pero cada vez que se sube hasta la degollada, en La Arenita o Pie de la Cuesta, cerca de la carretera que conduce de La Aldea al cruce con Tasartico, y atiende el apiario con la voluntad de dar continuidad a una tradición familiar heredada, primero, de su abuelo Isidoro, y después, de su padre, Federico, contribuye también a hacer Canarias. Además, trabajan con la abeja negra canaria. Así contribuyen a preservarla.
«Con 22 años me convertí en la mujer más joven de Gran Canaria en estar titulada en apicultura»
«Es el lugar donde nací, donde quiero estar y donde tengo todas mis raíces; es el sitio perfecto para vivir y crear una vida, porque aquí lo tenemos todo». Así define Soraya qué significa para ella su tierra, donde, por cierto, ha hecho historia al haberse convertido, con apenas 22 años (ahora tiene 24 y lo sigue siendo), en la mujer más joven de Gran Canaria, y ella cree también que de toda Canarias, en hacerse con una titulación para ejercer la apicultura. En concreto, lo que obtuvo Soraya Godoy fue el Certificado de Profesionalidad Apícola tras estudiar un año en la Escuela de Apicultura, ubicada en la Granja Agrícola Experimental del Cabildo de Gran Canaria.
Se decidió a titularse cuando se dio cuenta de que algún día su padre no estaría y alguien tendría que asumir el legado de una tradición que ha ido pasando de padres a hijos. Y porque, como ella misma añade, es una actividad que le une a su familia y a sus raíces, a su abuelo, aunque sea espiritualmente, porque ya falleció, pero también a su padre y a su hermano Armando, igualmente titulado en apicultura. Es más, no oculta que se enfada cuando su padre le encarga que suba sola a atender las abejas. «Es una actividad que me gusta hacer con él y con mi hermano, no venir yo sola, porque es algo que nos une a toda la familia». Incluida a su madre, porque aunque le tiene pánico a las abejas, ella se encarga de envasar y comercializar la miel.
En todo caso, lo que en realidad más le gusta y le divierte a Soraya es hablar de la apicultura, enseñarla, una vocación que ahora está pudiendo cumplir de la mano de un proyecto que desarrolla con el Ayuntamiento de La Aldea de San Nicolás y que le está permitiendo ir a todos los centros educativos del municipio a enseñar a alumnado de todas las edades cómo funcionan las colmenas y cómo se obtiene la miel. Le enorgullece pensar que con estas charlas está plantando una semilla para que la apicultura siga presente en La Aldea y para que, de paso, este municipio no rompa sus lazos con el sector primario por muchos cantos de sirena que lo distraigan.
Pese a todo, Soraya Godoy no vive de la apicultura. Es profesora de baile y hace ocho meses que logró abrir su propia academia en su pueblo, Sorysdancers, que compagina con las clases de baile que da también en la Escuela Municipal de Música de Teror. «Allí doy clases martes y jueves, y en mi escuela, lunes y miércoles». Es lo que ella misma califica como el «sueño» de su vida. «Estoy haciendo las dos cosas que más me gustan: enseñar apicultura y enseñar baile».
Fuente: Canarias7
Nota del editor. ApiGranca, sin que sirva de precedente, ha incluido este artículo de Canarias7, a quien agradecemos y felicitamos, porque en nuestra compañera apicultora Soraya Godoy se encarnan los principales valores que defiende nuestra asociación acerca de la apicultura en Canarias.
Si se quiere hablar de mayor participación de la mujer en el sector primario, de relevo generacional ahí está su edad, de formación ahí su Certificado de profesionalidad en una Escuela de Apicultura de la Universidad de Las Palmas de GC, de conservar las tradiciones ahí está su herencia familiar, de respeto al medioambiente ahí está su defensa de la raza autóctona de abeja negra canaria, de rendimiento económico son muestra sus 100 colmenas y compaginar con otras actividades como el 98% de los apicultores canarios.
Gracias Soraya porque supones un soplo de aire fresco para todos nosotros!!!!!